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«No existe sabio que lo sepa todo, ni ignorante que no sepa nada».


3 de agosto de 2011

EL LEÓN Y SU ÁLTER EGO

He compartido anteriormente una reflexión acerca de los espejismos, esto es el reflejo de cada uno de nosotros en las demás personas y hoy les platico una historia del África occidental que creo que nos sucede a todos o alguna vez hemos vivido una situación similar.

En una ocasion, un león se aproximó hasta un lago de aguas tranquilas para calmar su sed y, al acercarse a las mismas, vió su rostro reflejado en ellas y dijo para sí mismo: “¡Vaya!, este lago debe ser de este león, tengo que tener mucho cuidado con él”. Atemorizado se retiro de las aguas, pero tenía tanta sed que regresó a las mismas.

Allí estaba otra vez el león. ¿Qué hacer? La sed lo devoraba y no había otro lago cercano. Retrocedió y unos minutos después volvió a intentarlo. Al ver al león de nuevo abrió las fauces amenazadoramente, pero al comprobar que el otro león hacia lo mismo sintió terror. Salió corriendo otra vez, pero era tanta su sed que lo intentó varias veces, pero siempre huía espantado. Su necesidad de agua era cada vez más intensa así que tomó finalmente la decisión de beber sucediera lo que sucediera.

Después de muchos intentos, pero ante todo la necesidad tan grande de su sed metió el hocico en el agua y así lo hizo. Y al meter al fin, la cabeza en el agua, el león desapareció. Esto da como resultado de que nos tenemos que dar cuenta si lo que estamos viendo es o no un propio reflejo de nuestra amenazadora imagen cuando en realidad no existe absolutamente nada que nos espante o el peligro que creemos en nuestra mente pueda existir. Y a todos nos ha pasado en algún momento de ver el reflejo como al león que quería beber agua. Por eso, no vaya a ser que estén viendo leones en todas las cosas que no se atreven a hacer o a lo que más le temen. Piénsenlo porque quizá lo sean ustedes mismos, viéndose reflejados con sus más profundos temores en una situación.