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«No existe sabio que lo sepa todo, ni ignorante que no sepa nada».


3 de agosto de 2011

EL LEÓN Y SU ÁLTER EGO

He compartido anteriormente una reflexión acerca de los espejismos, esto es el reflejo de cada uno de nosotros en las demás personas y hoy les platico una historia del África occidental que creo que nos sucede a todos o alguna vez hemos vivido una situación similar.

En una ocasion, un león se aproximó hasta un lago de aguas tranquilas para calmar su sed y, al acercarse a las mismas, vió su rostro reflejado en ellas y dijo para sí mismo: “¡Vaya!, este lago debe ser de este león, tengo que tener mucho cuidado con él”. Atemorizado se retiro de las aguas, pero tenía tanta sed que regresó a las mismas.

Allí estaba otra vez el león. ¿Qué hacer? La sed lo devoraba y no había otro lago cercano. Retrocedió y unos minutos después volvió a intentarlo. Al ver al león de nuevo abrió las fauces amenazadoramente, pero al comprobar que el otro león hacia lo mismo sintió terror. Salió corriendo otra vez, pero era tanta su sed que lo intentó varias veces, pero siempre huía espantado. Su necesidad de agua era cada vez más intensa así que tomó finalmente la decisión de beber sucediera lo que sucediera.

Después de muchos intentos, pero ante todo la necesidad tan grande de su sed metió el hocico en el agua y así lo hizo. Y al meter al fin, la cabeza en el agua, el león desapareció. Esto da como resultado de que nos tenemos que dar cuenta si lo que estamos viendo es o no un propio reflejo de nuestra amenazadora imagen cuando en realidad no existe absolutamente nada que nos espante o el peligro que creemos en nuestra mente pueda existir. Y a todos nos ha pasado en algún momento de ver el reflejo como al león que quería beber agua. Por eso, no vaya a ser que estén viendo leones en todas las cosas que no se atreven a hacer o a lo que más le temen. Piénsenlo porque quizá lo sean ustedes mismos, viéndose reflejados con sus más profundos temores en una situación.

24 de julio de 2011

EN LA LUCHA CONTRA LA REALIDAD SOLO SE TIENE UN ARMA: LA IMAGINACIÓN

Un buen día un señor va de cacería a África y se lleva a su perro para no sentirse solo en ese lugar. Ese mismo día ya en la expedición, el perro, correteando mariposas se aleja del grupo, se pierde y comienza a vagar solo por la selva. En eso ve a lo lejos que viene una pantera enorme a toda velocidad. Al ver que la pantera se lo va a devorar, piensa rápido qué hacer. En eso ve un montón de huesos de un animal muerto y empieza a mordisquearlos. Cuando la pantera esta a punto de atacarlo, el perro le dice: “¡Ah, que rica pantera me acabo de comer! La pantera lo alcanza a escuchar y, frenando en seco, gira y sale despavorida diciendo para sí: "¿Quien sabe qué animal será ese? Me voy, no me vaya a comer a mi también.”

Un mono que estaba en un árbol cercano y que había visto y oído la escena, sale corriendo tras la pantera para contarle cómo la engañó aquel perro: ¡Qué tonta eres, esos huesos ya estaban ahí, además es tan solo un simple perro! El perro alcanza a darse cuenta del diálogo del mono y la pantera. Después que el mono le contó a la pantera la historia de lo que vió, ésta última muy enojada le dice al mono: “Súbete a mi espalda, vamos donde esta ese perro a ver quién se come a quién.” Y salen corriendo a buscarlo.

El perro ve a lo lejos que viene nuevamente la pantera, y esta vez con el mono chismoso. Entonces, en vez de salir corriendo, se queda sentado dándoles la espalda, como si no los hubiera visto, y en cuanto la pantera está a punto de atacarlo de nuevo, el perro dice: ¡Mono inútil! Hace como media hora que lo mandé a traerme otra pantera y todavía no aparece.” Al escuchar esto la pantera, salió aterrorizada corriendo a través de la selva y se comió al mono por tratar de engañarlo.

La moraleja de esta historia es que en momentos de crisis como los que vivió el perro, la imaginación es más importante que el conocimiento, que bien lo decía Albert Einstein. Por eso debemos procurar ser más creativos como el perro, evitar ser tontos como la pantera y jamás ser tan chismosos e intrometidos como el mono, pues es a quien peor le va en la vida.

3 de julio de 2011

AHORA LO ENTIENDO

Pasando un par de horas en el ordenador, me encontré con una historia interesante en la red que me llevó a la reflexión durante el día y que quisiera compartirles en el blog. Siendo niño, cuenta un hombre mayor, estuve en un campamento de verano. Ahí nos enseñaban, entre otras cosas, la importancia de la buena acción que consistía en realizar todos los días actos generosos y nobles, como recoger algún papel en la calle y botarlo en la papelera, ayudar en la casa a lavar platos, cuidar la fauna y la flora, ayudar a alguna persona anciana o impedida a cruzar la calle.

Un día caminaba por una calle de la ciudad y ví a un perro tirado en plena vía sin poder moverse. Estaba herido, un auto lo había atropellado y tenía rotas las dos patas traseras, los vehículos le pasaban muy de cerca y mi temor era que lo mataran porque era imposible que él solo pudiera levantarse.

Vi allí una gran oportunidad para hacer una buena acción y detuve el tráfico, me dispuse a rescatar al perro herido y ponerlo a salvo para entablillarle las patas. Yo nunca había entablillado a nadie pero el manual que leí en el campamento de verano decía cómo hacerlo. Con mucho amor y entrega me acerqué, lo agarré pero me clavó los dientes en las manos. Inmediatamente me llevaron a la Sanidad y me inyectaron contra la rabia, aunque la rabia por la mordida no se me quitó con la vacuna.

Durante mucho tiempo no entendí porqué el perro me había mordido si yo sólo quería salvarlo y no hacerle daño, no sé que pasó y no me lo pude explicar. Yo quería ser su amigo, es más, pensaba curarlo, bañarlo, dejarlo para mí y cuidarlo mucho. Esta fue la primera decepción que sufrí por intentar hacer el bien, no lo comprendí. Que alguien haga daño al que lo maltrata es tolerable, pero que trate mal a quien lo quiera ayudar no es aceptable. Pasaron muchos años hasta que este hombre tuvo claro que el perro no lo mordió, es decir, que quien lo había mordido había sido su herida.

Esta historia, por simple que parezca para algunos, nos lleva a reflexionar que cuando alguien está mal, no tiene paz, esto es, que está herido del alma y si recibe amor o un buen trato: ¡Muerde! Pero él o ella no hunde sus dientes, quien lo hace es su herida la que los clava. Comprendámos el malestar de las personas que nos rodean. Cuando alguien te grita, te ofende, te critica o te hace daño no lo hace porque te quiere mal sino porque está herido, está herido del alma, se siente mal o algo malo está pasando por su vida. No te defiendas ni lo critiques, más bien compréndelo, acéptalo y ayúdalo. Ahora lo entiendo.

28 de junio de 2011

LA CASA DE LOS MIL ESPEJOS

Hay un cuento alemán del siglo antepasado muy agradable que les quiero compartir, pues nos invita a la reflexión interna. Bien, se dice que hace tiempo en un pequeño y lejano pueblo había una casa abandonada. Cierto día, un perro buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa. El perro subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminar de subir las escaleras se topó con una puerta semi-abierta; lentamente se metió en el cuarto y para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto había mil perros más observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos.

El perro comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los mil perros hicieron lo mismo, posteriormente sonríó y le ladró alegremente a uno de ellos. El perro se quedó sorprendido al ver que los mil perros también le sonreían y ladraban alegremente con él. Cuando salió del cuarto se dijo para sí mismo: ¡Qué lugar tan agradable! Voy a venir más seguido a visitarlo.

Tiempo después, otro perro callejero entró al mismo sitio y se encontró entrando al mismo cuarto. Pero a diferencia del primero, este perro al ver a los otros mil del cuarto se sintió amenazado ya que lo estaban viendo de una manera agresiva, posteriormente empezó a gruñir; obviamente vió como los mil perros le ladraron también a él. Cuando este perro salió del cuarto dijo: ¡Qué lugar tan horrible es este! Nunca mas volveré a entrar allí!

Todo esto nos lleva a reflexionar que todos los rostros del mundo son espejos, debemos decidir qué rostros llevaremos por dentro y ese será el que mostrarémos. El reflejo de un gesto y acciones es lo que se proyecta hacia los demás. Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, solo se sienten con el corazón. No somos responsables de la cara que tenemos, pero sí de la cara que ponemos, de la cara que mostramos a los demás.

24 de junio de 2011

OPTIMISMO VS PESIMISMO

Se cuenta la historia de gemelos idénticos: uno lleno de optimismo que a menudo solía decir: “¡Todo está saliendo color de rosa!” y el otro, un pesimista triste y sin esperanza que continuamente esperaba que sucediera lo peor.

Los padres preocupados por los gemelos los llevaron a un psicólogo, con la esperanza de que él pudiera ayudarlos a balancear sus personalidades. El psicólogo sugirió que en el próximo cumpleaños de esos dos gemelos, los padres los pusieran en habitaciones separadas para abrir sus regalos.

Dénle al pesimista los mejores regalos que puedan comprar, cómprenle los juguetes más caros o bien lo que más desee y al optimista una caja de estiércol, sólo eso, les dijo aquél psicólogo. Los padres salieron del consultorio e hicieron caso del especialista.

Cuando miraron a hurtadillas al gemelo pesimista, que estaba llena su habitación con los mejores regalos que podían haber comprado, lo escucharon quejarse: “No me gusta el color de este juguete. ¡Apuesto a que este juego se va a romper! No me gusta jugar a este juego. ¿A quién se le ocurre darme esto? ¡No conozco a alguien que tenga estos juguetes, conozco a muchos que tienen mejores que estos que me regalaron!”

Atravesando con cuidado el pasillo de aquella casa, los padres miraron también a hurtadillas y vieron a su hijo optimista, que con alegría tiraba al aire el estiércol. Se estaba riendo y feliz mientras decía: “¡Ah, no pueden engañarme! ¡Donde hay tanto estiércol, tiene que haber un caballo!

¿Cómo estan mirando la vida hoy, amigos? ¿Cómo un accidente que está esperando por suceder, o como una bendición que está a punto de ser recibida? La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo. La gente más feliz hace lo mejor de las cosas. Que ni que.

3 de junio de 2011

CADA UNO DA LO QUE POSEE

Esta tarde de viernes les escribo para compartirles un cuento hindú, que leí hace un par de semanas pero que me ha hecho reflexionar en gran medida por acontecimientos recientes en mi vida personal, probablemente también académica.

Alguna vez una persona perversa decidió hacerle un regalo a otra muy humilde. Esta persona le caía muy mal a aquella persona perversa e irónicamente manda preparar una bandeja llena de basura y desperdicios. En presencia de todos, manda entregar el presente, que es recibido con alegría por el agasajado, que era esa persona humilde. Gentilmente, el agasajado humilde agradece y pide que lo espere un instante a quien se lo entregó, ya que le gustaria poder retribuir la gentileza. Tira la basura de la bandeja, la lava, la cubre de flores, y la devuelve con un papel, donde dice: “Cada uno da lo que posee”.

La lección de este pequeño cuento es que no debemos entristecernos con la actitud de algunas personas, no debemos perder nuestra serenidad. La rabia hace mal a la salud, el rencor daña el hígado y la tristeza envenena el corazón. Los seres humanos debemos dominar nuestras reacciones emotivas.

Sean dueños de sí mismos, no arrojen leña en el fuego de su aborrecimiento, no pierdan su calma. Piensen antes de hablar y no cedan a su impulsividad. Recuerden algo: cuando reciban un regalo como el de esta persona que recibió basura y desperdicios, cuando reciban palabras, acciones, correos electrónicos, comentarios… Recuerden que cada persona da y es capaz de dar lo que posee, nada más. Y se sentirán completamente aliviados. Si ustedes poseen cacahuate, nada más podrán dar cacahuate; si entendemos ese proceder de las personas, a eso le podemos llamar “amor”, para nosotros mismos. No hay más.

20 de mayo de 2011

LA INEXISTENCIA DEL FRÍO, DE LA OSCURIDAD Y DEL MAL

Quiero contarles una historia que supongo que la gran mayoría de nosotros hemos escuchado o leído y, como es una historia que me gusta mucho, quiero compartírselas por este medio, pues hay quienes la cuentan muy a medias o ni la cuentan bien y el día de hoy me ha dado por compartirla aquí en el Blog.

Un buen día un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta: ¿Dios creó todo lo que existe? Y un estudiante se atrevió a contestar valientemente: Sí, sí lo hizo, profesor. ¿Dios creó todo? –Preguntó el profesor. Sí señor, –respondió el joven. Si Dios creó todo, entonces Dios hizo el mal, pues el mal existe y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo, –dijo aquel profesor de esa universidad que se recataba de ser muy estudiado y por supuesto ateo.

El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más la superioridad de sus conocimientos y que la fe cristiana era un mito. Otro estudiante levantó su mano y dijo: ¿Puedo hacer una pregunta, profesor?

Por supuesto, –respondió el profesor. El joven se puso de pie y preguntó: ¿Profesor, existe el frío?, el profesor preguntó: ¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe el frío, ¿acaso usted no ha tenido frío? El joven estudiante respondió: De hecho, señor, el frío no existe. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor.

El joven continuó preguntándole al Maestro: Profesor, ¿existe la oscuridad? El profesor respondió: Por supuesto que existe la oscuridad. El estudiante contestó: Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuán oscuro está un espacio determinado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente.

Finalmente, el joven le preguntó al profesor: Por último Señor, ¿para usted existe el mal? El profesor respondió: Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo. Esas cosas son del mal, por lo tanto son de Dios, si es que ustedes creen que Dios creó todo. A lo que el estudiante respondió: “El mal no existe, señor, o al menos no por sí mismo. El mal es simplemente ausencia de amor, al igual que en los casos anteriores un término que el hombre ha creado para describir la ausencia de Dios. Dios no creó el mal, no es como la fe o el amor, que existen como el calor y la luz; el mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente. Luego de esto, el profesor asentando la cabeza se quedó callado y le dijo a aquél joven: ¿Cuál es su nombre? Y aquel joven contestó: Mi nombre es Albert Einstein, señor. ¡Qué maravilla, amigos! Díganme si no.

10 de mayo de 2011

LA IMAGEN DE MAMÁ

¿Alguna vez se han preguntado qué significa ser "Madre"? Habrá quienes crean que es una tarea sencilla y otros pensarémos lo contrario; el día de hoy me he servido a escribir un par de líneas reflexionando al respecto y quiero decir que ser Madre o mamá, no es el adjetivo que se le da a las "hembras que han parido", definición que deja mucho que decir del DRAE. Ser mamá es muchísimo más que eso, ser mamá es enseñar principios, saber poner límites, saber educar y engendrar, criar y crear a un ser humano, pero un ser humano es aquel que tiene valores, un ser humano es aquel que viene a aportar algo a la vida y es un ser que viene sobre todo a recibir amor y que viene a engendrar a su vez amor.

Es una gran responsabilidad para las Mamás, mis amigos; conozco a muchas que fueron mamás o por descuido o por "moda" y están creando a otros seres humanos, que después nos quejamos de por qué está así la Nación o por qué está la situación de nuestro país, en  fin... Todo comienza en casa y quizás la autoridad emocional y sobre todo referente a los valores que un ser humano puede llegar a tener es la Madre, y aparte de tener toda la gratitud todos los seres humanos que nacemos de ella, ésta tiene una enorme responsabilidad, la de hacer crecer su espíritu, su intelecto y de poderlo transmitir, aportar y compartirlo a todos los seres humanos.

Todos los seres humanos lo que estamos buscando en la vida en las relaciones con las personas, en los empleos, en las satisfacciones, en cualquier ámbito de nuestra vida, lo único que buscamos paradójicamente es volver a tener la plenitud, la paz, el amor, la sensación que teníamos que cuando estábamos en el útero de nuestra Madre; toda nuestra vida es para volver a llegar a sentir esa plenitud que teníamos estando dentro de nuestra Madre.

Y cuando estábamos a punto de llegar al planeta Tierra, nosotros decidimos en qué familia queríamos nacer, en qué país y en qué época venir a este planeta; nosotros escogimos a nuestras Mamás, porque era lo que más se ajustaba a lo que teníamos que aprender. Y digo esto porque hay una leyenda que les quiero contar de un pequeño ser que estaba todavía en el Cielo (o en alguna otra dimensión) como todos nosotros nos encontramos antes de venir a esta dimensión.

Cuando Dios lo llamó, le encomendó una misión al pequeño, con dulce voz le dijo: "Tendrás que ya nacer y llegar a la Tierra como todos los demás seres humanos. Serás primero un pequeño niño y crecerás hasta llegar a ser un hombre." Espantado aquel ser, pregunto: "Pero Señor, ¿cómo le voy a hacer para vivir tan pequeño e indefenso? ¿Quién  me va a cuidar?" Entre muchos ángeles escogí uno para ti que está esperando y te va a cuidar, le dijo Dios. Pero dime, aquí en el Cielo no hago más que cantar y sonreir, eso me gusta, para ser feliz en esta dimensión no tengo cuerpo, me puedo mover a donde quiera, puedo volar, puedo ser feliz... No te preocupes, tu Ángel te va a cantar, te va a sonreir todos los días, tú sentirás su amor y serás inmensamente feliz, le dijo Dios al pequeño.

¿Cómo voy a entender lo que la gente habla si no conozco el idioma de esos seres?, preguntó aquel ser. Tu Ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que podrás escuchar y con mucha paciencia y cariño te va a enseñar a hablar. Pero he escuchado que en la Tierra hay personas malas, ¿quién me va a defender cuando sea indefenso?, preguntó el pequeño. Tu Ángel te defenderá de todo peligro a costa de su propia vida. Ya no te voy a ver más, dijo tristemente aquel ser.  Tu Ángel te hablará de mí, al menos esa es su misión y te enseñará el camino para que regreses aquí, aunque yo siempre estaré a tu lado durante todo el tiempo que estés entre los humanos. Aquél ser, comenzó a escuchar voces que venían de la Tierra y atemorizado y con lágrimas en los ojos dijo: "Dios mío, dime por lo menos el nombre de ese Ángel que me va a cuidar." Dios, dijo: "su nombre no importa, tú le dirás Mamá". Esta leyenda, cómo me gusta leerla y compartirla con Ustedes.

Y lo que decimos los seres humanos en distintas edades respecto a nuestras Madres es lo siguiente:

A los 4 años: "¡Mi Mamá puede hacer cualquier cosa!"
A los 8 años: "¡Mi Mamá sabe mucho! ¡Muchísimo!"
A los 12 años: "Mi mamá realmente no lo sabe todo."
A los 14 años: "Naturalmente, mi madre no tiene ni idea sobre esto..."
A los 16 años: "¿Mi madre? Pero ¿qué sabrá ella?"
A los 18 años: "¿Esa vieja? ¡Pero si se crió con los Dinosaurios!..."
A los 25 años: "Bueno, puede que Mamá sepa algo del tema..."
A los 35 años: "Antes de decidir, me gustaría saber la opinión de Mamá."
A los 45 años: "Seguro que mi Madre me puede orientar"
A los 55 años: "Qué hubiera hecho mi Madre en mi lugar?"
A los 65 años: "¡Ojalá pudiera hablar de esto con mi Mamá!"

La Imagen de Mamá, mis amigos. Nuestras Madres son  personas que nos aman de verdad y de corazón, en estas líneas mostré una realidad que poseemos todos nosotros, algunos tal vez hemos sido despiadados en todos los sentidos con ellas, es por ello que los invito a que tengamos estos valores y aprovechar nuestra gratitud hacia ellas. Nuestras Mamás son las mejores en este mundo, Dios las bendiga en abundancia. Sean felices.

24 de abril de 2011

NADA ES PARA SIEMPRE... EXCEPTO SER FELIZ

Es importante saber, mis amigos, que los acontecimientos no son los que nos lastiman, los que nos hieren y hacen sentirnos mal, es tan sólo la visión que nosotros tenemos de los mismos acontecimientos lo que nos puede hacer daño, las cosas, las personas por sí mismas no nos dificultan el camino. Tampoco lo hacen las demás personas, son nuestras actitudes, es decir, nuestra reacción ante lo que nos ocurre es la causa de nuestro sufrimiento o nuestro dolor.

De acuerdo, no podemos elegir las circunstancias externas. Bien, no podemos controlar el clima, no podemos controlar los sentimientos de otra persona o no podemos controlar a los ladrones que nos roban o nos despojan de nuestros bienes, pero les aseguro una cosa: SIEMPRE podemos elegir la forma de reaccionar frente a las circunstancias, siempre o casi siempre, pues. Por eso debemos de practicar el arte de analizar lo que es o no bueno para nosotros, aprender a esperar y a evaluar en lugar de reaccionar obedeciendo siempre a nuestros impulsos. La espontaneidad no es una virtud por sí misma, por ejemplo si ustedes dicen lo que piensan, hay alguien que pueda decir quienes son en realidad. ¿A quién no le ha pasado? Hay que fluir y dejar que las cosas fluyan cuando tengan que suceder porque todo tiene un “por qué” y un “para qué”.

No quisiera desviarme de lo que les planteo en el título de este apartado, pues parecería interesante saber a qué se refiere cuando un sujeto firmemente dice: “Nada es para siempre, excepto ser feliz.” Pues así es, considero plenamente que en principio no hay nada, absolutamente nada que dure para siempre. Y esto lo relaciono con el apego a las cosas y a las personas principalmente, tema del cual ya les he platicado anteriormente.

Pues bien, ¿saben por qué nada es para siempre, salvo el hecho de ser feliz? La respuesta es relativamente sencilla. Todo depende de qué se entienda por felicidad. Ya bien les decía que a veces basta y sobra con buscar el significado de una palabra en el diccionario, que claro, si sólo se limitan a entenderla como un estado de ánimo que se complace con la posesión de un bien o valorarla como sinónimo de satisfacción, gusto o estar contento, me temo que su concepción sobre la felicidad se verá muy deficiente.

Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo y amor en los desencuentros. Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza. Ser feliz no es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos. Ser feliz no es tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegría en el anonimato. Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y períodos de crisis. Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para dentro de su propio ser. Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y convertirse un actor de la propia historia. Ser feliz es atravesar desiertos fuera de sí y es ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.

Ser feliz es agradecer a quien uno quiera o en lo que uno quiera creer cada mañana por el milagro de la vida. Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos. Ser feliz es tener coraje para oír un “No”; es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta. Ser feliz es dejar vivir a la creatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros y es tener madurez para decir “me equivoqué”. Ser feliz es tener la osadía para decir “perdóname”. Ser feliz es tener sensibilidad para expresar “te necesito”. Y ser feliz es tener capacidad para decir “te amo”. ¡Así, y sólo así, descubrirán que ser feliz es lo único que sí es para siempre! Pero para eso hace falta una Revolución para poder llegar a ese estado de felicidad perenne. Una Revolución no de lucha física, sino meramente intelectual. Sean felices mis amigos, que eso, sí puede ser para siempre.

18 de abril de 2011

¿QÚE PASARÍA SI TODA LA POBLACIÓN MUNDIAL SE REDUJÉSE A TAN SÓLO CIEN INDIVIDUOS?

Navegando en algunos blogs de la red me encontré con algunos datos curiosos y que por supuesto me digno de compartirlos; un estudio en verdad muy interesante. Si pudiésemos reducir toda la población del nuestro planeta a una pequeña aldea de cien habitantes, manteniendo las proporciones existentes a la actualidad, las cosas estarían de la siguiente manera:

Habrían aproximadamente 57 asiáticos, 21 europeos, 8 africanos y 4 americanos. Entre ellos 52 serían mujeres y 48 hombres. 70 de ésta población no serían blancos mientras que 30 sí lo serían. 70 no serían cristianos, los otros 30 sí. 89 individuos serían heterosexuales, 11 homosexuales.

6 personas poseerían 59% de toda la riqueza; de las 100 personas, 80 vivirían en condiciones sub-humanas. 70 no sabrían leer, 50 de ellas sufrirían de desnutrición. 1 persona estaría a punto de morir, 1 bebé estaría próximo a nacer Increíblemente sólo 1 tendría educación universitaria. En ésta aldea, habría apenas 1 persona que posee una computadora.

Al analizar nuestro mundo desde esta perspectiva tan reducida, se hace mas presente la necesidad de aceptación, entendimiento, y de la educación misma.
Ahora mis amigos, pensemos si esta mañana nos levantamos con más salud que enfermedades. Si es así, entonces tenemos más suerte que millones de personas que no sobrevivirán esta semana. Si nunca hemos experimentado (por lo menos hasta hoy) los peligros de la guerra, la soledad de estar preso, la agonía de ser torturado, o la aflicción del hambre, entonces estamos mejor que 500 millones de personas.

Si (los que vamos) podemos ir a la iglesia sin miedo de ser humillados, presos, torturados o ya de plano muertos, entonces somos más afortunados que 3 billones de personas en el mundo. Si ahorita mismo, partiendo de la idea que están en su casa o la de alguien más, tienen comida en el refrigerador, ropa en el armario, un techo sobre su cabeza y un lugar donde dormir, somos más ricos que el 75% de la población mundial. Si suelen guardar dinero en el Banco, en la billetera y tienen algunas monedas guardadas en una alcancía, entonces ya están entre los 8% más ricos de este mundo. Si tienen la fortuna como la que posee su servidor de tener a sus padres aún con vida y unidos, somos una persona de un porcentaje tan mínimo.
Y finalmente, mis amigos, si han leído este blog, tienen mejor suerte que mas de 2 billones de personas en este mundo, que ni siquiera saben leer. ¿Impresionante, no? Tomemos conciencia de aquello que poseemos y valorémoslo; no nos quejemos por aquello que no tenemos y anhelamos, alegrémonos de lo que tenemos y otros anhelarían tener, pues hoy lo tenemos, mañana tal vez no. Tengan un gran inicio de semana.

2 de abril de 2011

EL VALOR QUE TIENE LA LIBERTAD

En algún momento de nuestra vida hemos discutido el tema de la libertad, ya sea que hayamos hecho un gran debate en una clase de nivel bachillerato, incluso antes. Bien pudimos haber leído posturas de algunas corrientes filosóficas para ahondar en estos pantanos, haber asistido a conferencias magistrales donde se hablase de la libertad. En el último de los casos pudimos haber escrito algo referente a la libertad o cuando menos haber escuchado dicha expresión. En lo personal he tenido la dicha de hacerlo en distintas modalidades y recientemente en clases del Dr. Carbonell así como en uno de sus libros (aunque no sea de gran agrado); quiero expresarles mi breve opinión dado que merece cierta importancia y además citarles también parte del contenido de un buen libro relacionado al respecto.

Debemos estar de acuerdo que la libertad es uno de los más sublimes valores o a lo que más podría aspirar un ser humano. La libertad no sólo hace referencia a las personas que están encerradas o que están en las coloquialmente llamadas cárceles o que son esclavas en el literal sentido de la palabra. Libertad se refiere a todas aquellas cosas que nosotros podemos llegar a expresar y les apuesto lo que quieran, que ni ustedes mis amigos, ni su servidor somos libres en muchos aspectos. ¿Por qué? Porque tenemos que responder por cosas, por compromisos más que por voluntad, considero yo. Y la libertad es la parte más grande que puede tener un hombre para poder expresar quién es, para poder llevar a cabo los sueños que tiene y para poder sentirse pleno en la vida. Libertad también tiene que ver con el desapego, aunque ustedes no lo crean; pues implica el poder terminar relaciones, poder terminar contratos o pactos con la vida misma, etc.

La libertad como les decía es algo que todos los seres humanos podemos llegar a aspirar, por eso me gustaría compartirles un par de ideas de un libro muy recomendable que se llama “El Esclavo” de Francisco J. Ángel. En un fragmento de este libro, dice así:

“Tú, ¿de qué eres esclavo? ¿De las heridas que recibiste cuando eras pequeño?, ¿de tus traumas de la infancia?, ¿de lo que alguien más decidió que fueras?, ¿de una relación que no te satisface?, ¿de un trabajo que no disfrutas?, ¿de la rutina de tu vida?

¡Ya libérate! ¡Tira ya ese costal que llevas en la espalda; en el guardas el resentimiento, el rencor y la culpa. Deja ya de culpar a otros y a tu pasado por lo que no marcha bien en tu vida. Cada día tienes la oportunidad de empezar otra vez. Cada mañana, al abrir los ojos, naces de nuevo, recibes otra oportunidad para cambiar lo que no te gusta y para mejorar tu vida. La responsabilidad es toda tuya. Tu felicidad no depende de tus padres, de tu pareja, de tus amigos, de tu pasado, del Gobierno, de los vecinos, No. Depende solo de ti.

¿Qué es lo que te tiene paralizado?, ¿el miedo al rechazo?, ¿al éxito?, ¿al fracaso?, ¿al que dirán?, ¿a la crítica?, ¿a cometer errores?, ¿a estar solo? ¡Rompe ya las cadenas que tu mismo te has impuesto! A lo único que le debes tener miedo es a no ser tú mismo, a dejar pasar tu vida sin hacer lo que quieres, a desaprovechar esta oportunidad de mostrarte a otros, de decir lo que piensas, de compartir lo que tienes. Tú eres parte de la vida y como todos, puedes caminar con la frente en alto. Los errores del pasado ya han sido olvidados y los errores del futuro serán perdonados. Date cuenta de que nadie lleva un registro de tus faltas, solo tú mismo. Ese juez que te reprocha, ese verdugo que te castiga, ese mal amigo que siempre te critica, ¡eres tú mismo! Ya déjate en paz, ya perdónate, sólo tú puedes lograr lo más profundo que se llama libertad.” En verdad se los recomiendo y les aseguró les cambiará la visión que tienen sobre dicho valor. Me cae.

26 de marzo de 2011

EL CORAJE EN TIEMPOS DE CRISIS

Muchos de nosotros al ignorar el significado de una palabra, acudimos en primer lugar o como mínimo a un diccionario. Eso es bueno, para aquellos que lo hacen. Partiendo de esta idea, ¿ustedes han escuchado a qué se refiere la palabra “coraje”? Sin hacer caso omiso a la sugerencia que les planteé al comienzo de esta reflexión, usted mi querido lector, la encontrará en el diccionario como la impetuosa decisión y esfuerzo del ánimo o del valor. Bien podrá también encontrarlo como sinónimo de irritación o de la ira misma. Perfecto, ya les ahorré esta tarea. Ahora bien ¿se quedarían conformes con esta insuficiente definición? La respuesta es “depende”, ya que cada uno tendrá una manera peculiar de interpretar dicha palabra o bien la enriquecerá con algún conocimiento previo que cada uno posee.

Yo he recaldado incansablemente que no soy dueño de ninguna verdad y en virtud de vivir en un Estado de Derecho que reconoce la libertad de expresión, me atrevo a ejercerlo asumiendo las consecuencias que ello implica (sin restringir otro Derecho Fundamental, diría el joven M. Carbonell), lo que significa que lo que leerán en las siguientes líneas no es más que la perspectiva y óptica de un humilde servidor acerca del coraje, pero entiéndase que no me remito al coraje como el berrinche que uno hace cuando alguien se nos cierra en un semáforo o no nos deja pasar. No, eso es berrinche y viene del ego. Al coraje al cual me refiero es el coraje de un león, es el coraje para poder sacar algo fundamental en nuestra vida que es el mismo valor. Es el coraje para enfrentarse a las adversidades, para poder sobrevivir, el que todo ser humano tiene que mostrar en algún momento determinado de su vida para poder saltar o vencer los obstáculos.

Lo que ocurre en Libia y países colindantes así como en Japón y los otros países orientales son aparentemene un conjunto de situaciones trágicas y realmente muy tristes, pero yo me atrevo a sostener que eso que acontece es una prueba enorme que la vida les ha puesto a estos seres humanos. Siempre he creído que las piedras más pesadas se han hecho para que las resistan las pesonas más fuertes y por tanto considero que las crisis no son malas, en lo absoluto. La vida, como les digo, nos va poniendo pruebas para demostrar el carácter, sobre todo el coraje, como alguna vez Albert Einstein dijo en una etapa de crisis. Este hombre le habla al pueblo alemán después de que ellos no tenían absolutamente nada de comer y luego del exhilio al que tuvo que ir nuestro amigo por ser judío y regresar a su pueblo destrozado y literal dijo así:

“No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y a países porque la crisis trae progreso y coraje en sí; la creatividad nace de la angustia, el coraje nace de la angustia así como el día nace de la noche más obscura. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado, quien le atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. Quien le atribuye a las crisis toda su mala suerte o su mala fortuna le está dando más poder a todo lo que es problema que a su coraje y poder interno. La verdadera crisis en los países es la que se conoce como ‘pereza’ para encontrar salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos no hay coraje y sin éste la vida es una lenta agonía. Sin crisis todo viento será caricia; hablar de crisis es promoverla y callar en la crisis es exhaltar el conformismo. En vez de esto, tengamos coraje, acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no luchar por superarla.” ¡Cuánta razón Señor Einstein! Completamente de acuerdo.

14 de marzo de 2011

LA FÓRMULA QUE NOS CONDUCE DE LA AUTOSUPERACIÓN A LA GENIALIDAD

Hay muchas cosas que podemos olvidar, definitivamente no tenemos enormes cerebros que nos permitan almacenar tanta información que se supone, no deberíamos olvidar. Hay algunos que olvidamos tales o cuales cosas como el cumpleaños de un amigo, el número telefónico de alguien, los nombres de las personas o lugares… en fin. Si les contara que conozco a personas que se les olvida comer o vestirse. Pero algunos dirán qué tiene que ver con el aprendizaje de los seres humanos, plantearán teorías e incluso, siempre habrá quien pretenda llevarme la contra en esto que les digo, nunca faltan. Sin embargo, comienzo hablando de esto porque a mi respectiva consideración, hay al menos un par de cosas que no podemos olvidar y es precisamente nuestros valores y principios morales, que si bien algunos no olvidamos como tal, sí los hacemos a un lado, lo que nos convierte en bestias. Y me disculpo con Usted Señor León o usted Señor Elefante que se encuentra en el zoológico porque ustedes pudiendo llamarse bestias, son más respetuosos muchas veces que los hombres que no tienen valores. Los animales respetan territorios, respetan jerarquías, respetan vida, cazan y matan por instinto animal, por supervivencia y para alimentarse, no como los hombres (y las mujeres) que al perder sus valores no respetan ni eso. Pero en fin, mis amigos, quiero hablarles de cómo la autosuperación nos conduce a la genialidad.

La genialidad no es patrimonio de una raza exclusiva de personas. Estamos de acuerdo hasta aquí. ¿Se han preguntado de aquellas personas que han triunfado plenamente en sus vidas, si su espectacular éxito en su entorno es simplemente el producto de un don natural, i.e., que se haya nacido con eso? Rotundamente No. En el momento que puedan, deténganse a pensar por un par de minutos en todo individuo que conozcan (no necesariamente en persona) cuya existencia haya dejado o lo esté haciendo ahora, una huella importante, gente reconocida por un gran número de personas y que hayan aportado magníficas cosas a la humanidad. En este momento me vienen a la mente varios nombres, entre ellos, filósofos, juristas, reyes, deportistas talentosos, escritores e incluso algunos profesores que he tenido el gusto de conocer en la Facultad de Derecho de la UNAM. Pues estas personas han escogido lo que la naturaleza misma les ha dado y le han aplicado una fórmula que en mayor o menor medida ha variado un poco, pero gente como Michael Jordan, v. gr., ha llevado a la práctica.

La fórmula de la que les hablo es más o menos la siguiente: DEDICACIÓN + MEJORA DIARIA + TIEMPO = GENIALIDAD. El secreto no es pretender ser bueno en todo, como un deportista no desea ser bueno en natación, baloncesto, futbol y al mismo tiempo en el boxeo. No se trata de dispersar nuestra concentración, simplemente uno tiene que dedicarse en cuerpo y alma en aquello a lo que hemos decidido ser en la vida. Por citar un ejemplo, Thomas Alva Edison registró el increíble total de 1093 patentes a lo largo de su vida, inventó la bombilla eléctrica y el fonógrafo; en algún momento de su vida un profesor que tuvo a lo largo de su formación sostenía que era de lento aprendizaje, que no escuchaba, que no hacía caso. Edison no trató de ser un gran poeta, o un gran comerciante ni nada de eso. Se concentró en sus inventos, tuvo autosuperación, mejoró día tras día y dejo que el tiempo fuera obrando su magia.

En relación a esto, quiero compartirles la anéctoda de un señor que se llamó Pablo Picasso, que seguramente todos hemos oído hablar de este reconocido pintor y escultor español. Un día una mujer lo reconoció en la calle, en un mercado de Barcelona y sacó una hoja de papel. Se acercó a él y le dijo: Señor Picasso –muy emocinada– soy una gran admiradora suya, por favor ¿no podría hacerme un autógrafo aquí? Picasso aceptó de buena gana y en un abrir y cerrar de ojos dibujó una pequeña obra de arte en el papel. Sonrió y le entregó la hoja a la mujer diciéndole: son un millón de dólares, señora. ¡¿Qué cosa?! Señor Picasso, es usted un irresponsable. ¿Así trata a sus fanáticos? ¿Cuánto se cree usted? Yo pensé que era una persona humilde. ¿Cómo me puede estar cobrando un millón de dólares? –Respondió la contrariada mujer–. Si no ha tardado ni un minuto en dibujar esto, ¿quién se cree para cobrarme así? Mi buena señora –rió Picasso–, me ha costado el esfuerzo de treinta años poder pintar este garabato en tan sólo treinta segundos. DEDICACIÓN + MEJORA DIARIA + TIEMPO = GENIALIDAD. Comprendan, amigos míos, el alcance de esta fórmula y les aseguro que sus vidas no volverán a ser las mismas. Me cae.

5 de marzo de 2011

LA RESPONSABILIDAD

Y luego de ya haber pasado casi un mes sin escribirles, hoy quisiera plantearles una pregunta interesante: ¿Cuál es la responsabilidad más grande que puede tener un ser humano? ¿Se lo han preguntado, a caso? Pues la responsabilidad de saber que todos y cada uno de nosotros somos los únicos dueños de lo que sucede en nuestra vida, de lo que hayamos logrado o no lo hayamos logrado, de aquellas cosas que nos llegan a suceder en la vida, somos los únicos responsables. Y les escribo esto a colación de ciertas conclusiones a las que he llegado a raíz de haber reflexionado en los últimos días, concretamente este fin de semana.

La responsabilidad significa despertar, implica darse cuenta de que en nuestras manos está aquello que buscamos. Responsabilidad significa dejar de culpar a todo y a todos por las cosas que nos suceden, así nos hayan sucedido cuando eramos niños o nos hayan maltratado o nos hayan hecho lo que nos hayan hecho cuando éramos niños, adolescentes o en cualquier momento. La única responsabilidad que tenemos es para con nosotros mismos y saber que no podemos culpar a las situaciones, a las cosas y a las personas por aquello que nos sucede. Porque la única manera de salir adelante en esta vida no es culpar a los demás de lo que nos está sucediendo. Nosotros somos los arquitectos de nuestra vida y si esta no nos ha sido tan favorable hasta ahora, el futuro puede cambiar y depende especialmente de uno mismo. Si se ha tenido muchos fracasos, déjenme decirles que están en una excelente posición para comenzar una nueva vida. Si, desde tu punto de vista, eres fracasado, eres experto en conocer cómo no deben hacerse las cosas. ¿No creen?

Cuando se sabe qué es lo errado, no lo repetiremos en el futuro y nos acercaremos más a aquellos que anhelamos alcanzar. Por eso no esperemos al momento ideal. Es más, desde el instante en que terminen de leer esto que les comparto, sus vidas pueden tomar uno de dos rumbos: el triunfo o el fracaso, la felicidad o la infelicidad; es al final de cuentas su decisión de tomar uno u otro sendero, la forma de hacerlo es dejar de culpar a los demás, asumir nuestra propia responsabilidad y girar hacia una actitud mental completamente diferente a la que se ha tenido.

Eliminemos juntos, esas expresiones de “Si no fuera por…”. “Si no fuera por mi padre, yo hubiera hecho…”; “Si no fuera por este Gobierno, yo estaría…”; “Si tuviera dinero…”; “Si hubiera tenido dinero mi familia hubiera sido así o asado…”; “Si me considerarán más en mi trabajo o en mis clases…”; ¡No! Nada soluciona el culpar a los demás. Si las cosas le suceden a uno, pues es en gran parte la responsabilidad de uno mismo. ASÚMELA Y TU VIDA CAMBIARÁ. Que ni qué.

3 de enero de 2011

2011: UN AÑO CON NUEVAS ASPIRACIONES

¡Qué rápido se van los días! Recuerdo claramente las compras que estaba haciendo para la cena de nochebuena como si fuese ayer y ahora hago planes para la noche del día de reyes. Sin duda alguna, el mundo no se detiene; seguimos dándole con todo a nuestras actividades rutinarias, algunos de vacaciones en las playas del país, otros trabajando arduamente para subsistir, otros estudiando para exámenes, leyendo y algunos otros como su servidor, escribiendo y haciendo planes para este nuevo año con el fin de alcanzar metas trazadas. Jean de La Fontaine, un reconocido poeta francés de por allá del siglo XVII decía que el hombre está hecho de tal manera que cuando algo enciende su alma, las imposibilidades desaparecen y en lo personal, coincido con él. ¿Cuál es la diferencia entre una vida de temor y una vida de posibilidades; entre una vida ordinaria y una vida extraordinaria? Es una diferencia bastante grande. ¿No lo creen?

No estoy generalizando pero hoy por hoy, la mayoría de las personas que conocemos queremos ser mejores personas de lo que ahora somos, queremos tener más ingresos, anhelamos tener un mejor trabajo, disfrutar de su relación con la familia, con nuestra pareja, y si todavía no tienen una, quieren tener una relación. Algunos otros quieren crecer en su relación con Dios, gozar de buena salud, hacer grandes logros, todos queremos una vida extraordinaria pero algunos no saben (o no sabemos) conseguirla. Si queremos tener una vida extraordinaria debemos, según Fontaine, seguir tres pasos clave:

Uno. Pedir y se nos dará. ¿Qué es exactamente lo que queremos? Una de las razones por las cuales solo del 3 al 5% de la población mundial sí obtiene todo lo que quiere es porque saben lo que quieren. Hemos escuchado decir “Quiero tener una mejor relación con mi pareja”, pero es algo muy general y de seguro nunca sabrán cuando tengan una relación excelente con su pareja. Debemos preguntarnos “¿Qué es una mejor relación con mi pareja?” Definan lo que quieren en su vida y obtendrán lo que buscan. La vida siempre quiere lo mejor para todos, aunque no lo crean.

Dos. Buscar y Encontrarémos. Lo que nosotros deseemos o queremos para nuestras vidas no llegará si no lo comenzamos a buscar. Tampoco llegará si lo buscamos en otro lado. Necesitamos buscar ayuda, buscar las herramientas que nos permitan vivir la vida extraordinaria. No necesitamos ni debemos reinventar la rueda porque ya alguien la inventó, lo que necesitamos es alguien que nos ayude a llegar a esa vida extraordinaria en el menor tiempo posible.

Y tres. Llamar y tocar la puerta; esta se nos abrirá. Aquí ya estamos pidiendole a Dios y a la vida lo que queremos, estamos buscando lo que necesitamos para llegar a esa vida y en este tercer paso tenemos que tomar acción, moverse, generar la vida que queremos, comprometerse y esforzarse por esa bendición. Dios y la vida misma nos abre las puertas de bronce, nosotros debemos abrir las de madera. ¿Qué puertas quieren que se les abran? ¿La puerta de las relaciones? ¿La puerta de las finanzas? Uno mismo debe tocar para que se abran.

Es tiempo de vivir la vida que uno quiere, no vivamos mas en esclavitud o mediocridad, todos nosotros hemos sido llamados a una vida de libertad, deshagámonos de los grilletes que nos mantienen atados, y corramos con los sueños que la vida dispuso en el corazón, llenémonos de pasión hoy y siempre. Descubrámos cuál es esa pasión y sigámosla, es todo lo que necesitamos para vivir una vida extraordinaria. La pasión es poderosa. El más grande Maestro que vino a la Tierra que fue un hombre apasionado, vivió una vida extraordinaria y también otros grandes hombres que han dejado huella se llegaron a conocer por su pasión. La pasión es la que nos lleva a pedir, a buscar, a aprender y es la que le abre las puertas del triunfo. Cuando nos apasionamos por la vida, por lo que hacemos, todo es tan natural, que lo ordinario se vuelve extraordinario. ¡Cuánta razón Señor Jean de La Fontaine!