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«No existe sabio que lo sepa todo, ni ignorante que no sepa nada».


5 de agosto de 2012

LA METÁFORA DE LA SAL

Un anciano maestro Hindú se cansó de las quejas de su aprendiz así que, una mañana, le envió por algo de sal. Cuando el aprendiz regresó, el maestro dijo al joven infeliz que pusiera el puñado de sal en un vaso de agua y luego se la bebiera.

-“¿A qué sabe?” preguntó el maestro.

-“Amargo,” escupió el aprendiz.

El maestro rió entre dientes y entonces le pidió al joven tomar la misma cantidad de sal en la mano y ponerla en el lago. Los dos caminaron en silencio al lago cercano y una vez que el aprendi< lanzó al agua su manotada de sal el viejo le dijo: “Ahora bebe del lago.”

En cuanto el agua se escurría por la quijada del joven, el maestro le preguntó: “¿A qué sabe?”

-“Fresca,” dijo el aprendiz.

-“¿Te supo a sal?”, preguntó el maestro.

-“No,” dijo el alumno.

Entonces el maestro dijo:

“El dolor de la vida es pura sal; ni más, ni menos. La cantidad de dolor en la vida permanece exactamente la misma. Sin embargo la cantidad de amargura que probamos depende del recipiente en que ponemos la pena. Así que cuando estás con dolor, la única cosa que puedes hacer es agrandar tu sentido de las cosas. Deja de ser un vaso. Conviértete en un lago.”

Nada más.

DISCÚLPEME PERO NO

Discúlpeme pero no por Martín Valverde.

Discúlpeme pero no
no me hace falta una moda para mi identidad.
Me visto de sincero y no me queda tan mal
traigo a la medida mi autenticidad.

Discúlpeme pero no
no me hace falta el dinero para saber quien soy.
Soy libre como el viento
y eso me hace feliz, muy feliz, ¿a usted no?

Discúlpeme pero no
no me hace falta una regla para con Dios hablar.
Somos muy amigos y nos gusta variar
y nos da buen resultado la sinceridad.

Discúlpeme pero no
no me hace falta un permiso
para ponerme a amar.
De eso sí me sobra y lo quiero entregar
sin calcular, sin esperar.

¡Ah! Cómo se complican los hombres
de una tontería hacen una verdad.
A todo ponen condiciones
ya nadie es libre si quiere amar.

Levanta tus alas y vuela
ya date cuenta todo es vanidad,
y lucha por tu dignidad.

Discúlpeme pero no,
no me hace falta un aplauso para sentirme bien.
Sólo aquel que es inseguro
necesita disfrazar
con un montón de halagos
su inseguridad.

Discúlpeme pero no
no me hace falta una prueba de virilidad.
El tiempo me ha enseñado
que un hombre es aquel
que se conquista
y que sabe ser leal.

Discúlpeme pero no
no me hacen falta fronteras
y odio a la división.

Soy ciudadano del mundo
simplemente soy yo
y si eso le molesta…
discúlpeme por favor.