Uno de mis autores favoritos es el psicólogo Walter Riso, quien en su libro «Manual para no morir de amor» describe y propone una serie de sugerencias para superar relaciones que acaban de terminar. Ya que el amor, no es exclusivo de una relación de pareja, sino que también se da en en las relaciones familiares, académicas, profesionales, laborales, etcétera.
Invariablemente todos hemos pasado por situaciones así, y es por eso que quiero compartir una breve reflexión acerca de ello.
¿Fidelidad o Lealtad? ¿Tú qué prefieres? Ser fiel y ser leal son cosas completamente diferentes. Casarse con el amante es como echarle sal al postre. La montaña rusa de emociones que desencadena tener un amante incluye, sí, satisfacción sexual, ternura, alegría, miedo, desilusión e ilusión; amor y desamor, risas, lágrimas y muchas más oscilaciones. Los amantes son sacudidos por una tormenta de sentimientos que atrapa y engancha sin remedio y de la que es difícil escaparse, dicen los expertos.
Cuando comenzamos una relación con una persona con pareja, comprometida o casada, sea hombre o mujer, todo pudiera parecer muy bonito y apasionado. No olvidemos que nadie nos valorará ni nos querrá, si no nos queremos y valoramos a nosotros mismos. En ese sentido es fundamental hacer una profunda reflexión en el momento oportuno para tener una perspectiva clara.
Como dice Walter Riso en el libro que comenté, "yo no voy a ser tu amante, ni el de nadie y tengo muchas razones para eso..."
"...Has empleado conmigo los argumentos de una persona infiel: 'mi pareja no me hace feliz, pero no la puedo dejar por mis hijos; hace tiempo que no tengo relaciones sexuales con mi pareja, me siento atrapado en la relación, contigo estoy mucho mejor y me haces sentir muy bien, etcétera'.
Esos son los mismos argumentos que usa cualquier persona desleal a su pareja para justificarse, engañar a esa pareja, a su amante y a sí mismo.
Si lo haces con tu pareja, y estás siendo mi amante, conmigo también lo harás. Todos esos mismos argumentos que usas para que sea tu amante, los podrías usar una o más veces con otros tipos si yo soy tu 'pareja oficial'.
Pero tampoco quiero ser tu amante porque no quiero llenar vacíos. No es mi cometido llenar tus vacíos, ni los míos, ni los de nadie. Considero que antes, tendrías que averiguar cuál es la causa de tu vacío, averiguar la causas de ello y no tener que usarme a mí para llenar ese espacio.
Jamás sería tu amante porque valoro la sinceridad y la honestidad. Sobre todo en las relaciones interpersonales. No quiero en mi vida falsas promesas ni mentiras. Y aún más importante, no sería tu amante jamás porque tengo sentimientos. Podría enamorarme de ti, podría quererte porque como persona tengo sentimientos y sensibilidad ante la vida, y ante las demás personas.
Creo que debes preguntarte qué harías si tú fuera al revés: si la amante fueras tú. No quiero ser tu amante porque me quiero y me valoro. Soy una persona valiosa y no voy a permitir que me restes valor, que me compares con otra persona o que me mientas, como le estás mintiendo ahora a tu pareja.
No quiero ser amante, y no porque le tema a que me acaricie la soledad, sino a sentirme solo estando contigo. No voy a esconderme de nada ni de nadie porque me respeto lo suficiente para saber que ni tú lo mereces, ni terceros, ni mucho menos yo. Por el amor que me tengo, yo no sería tu amante, nunca. Jamás."