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«No existe sabio que lo sepa todo, ni ignorante que no sepa nada».


24 de abril de 2011

NADA ES PARA SIEMPRE... EXCEPTO SER FELIZ

Es importante saber, mis amigos, que los acontecimientos no son los que nos lastiman, los que nos hieren y hacen sentirnos mal, es tan sólo la visión que nosotros tenemos de los mismos acontecimientos lo que nos puede hacer daño, las cosas, las personas por sí mismas no nos dificultan el camino. Tampoco lo hacen las demás personas, son nuestras actitudes, es decir, nuestra reacción ante lo que nos ocurre es la causa de nuestro sufrimiento o nuestro dolor.

De acuerdo, no podemos elegir las circunstancias externas. Bien, no podemos controlar el clima, no podemos controlar los sentimientos de otra persona o no podemos controlar a los ladrones que nos roban o nos despojan de nuestros bienes, pero les aseguro una cosa: SIEMPRE podemos elegir la forma de reaccionar frente a las circunstancias, siempre o casi siempre, pues. Por eso debemos de practicar el arte de analizar lo que es o no bueno para nosotros, aprender a esperar y a evaluar en lugar de reaccionar obedeciendo siempre a nuestros impulsos. La espontaneidad no es una virtud por sí misma, por ejemplo si ustedes dicen lo que piensan, hay alguien que pueda decir quienes son en realidad. ¿A quién no le ha pasado? Hay que fluir y dejar que las cosas fluyan cuando tengan que suceder porque todo tiene un “por qué” y un “para qué”.

No quisiera desviarme de lo que les planteo en el título de este apartado, pues parecería interesante saber a qué se refiere cuando un sujeto firmemente dice: “Nada es para siempre, excepto ser feliz.” Pues así es, considero plenamente que en principio no hay nada, absolutamente nada que dure para siempre. Y esto lo relaciono con el apego a las cosas y a las personas principalmente, tema del cual ya les he platicado anteriormente.

Pues bien, ¿saben por qué nada es para siempre, salvo el hecho de ser feliz? La respuesta es relativamente sencilla. Todo depende de qué se entienda por felicidad. Ya bien les decía que a veces basta y sobra con buscar el significado de una palabra en el diccionario, que claro, si sólo se limitan a entenderla como un estado de ánimo que se complace con la posesión de un bien o valorarla como sinónimo de satisfacción, gusto o estar contento, me temo que su concepción sobre la felicidad se verá muy deficiente.

Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo y amor en los desencuentros. Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza. Ser feliz no es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos. Ser feliz no es tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegría en el anonimato. Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y períodos de crisis. Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para dentro de su propio ser. Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y convertirse un actor de la propia historia. Ser feliz es atravesar desiertos fuera de sí y es ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.

Ser feliz es agradecer a quien uno quiera o en lo que uno quiera creer cada mañana por el milagro de la vida. Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos. Ser feliz es tener coraje para oír un “No”; es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta. Ser feliz es dejar vivir a la creatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros y es tener madurez para decir “me equivoqué”. Ser feliz es tener la osadía para decir “perdóname”. Ser feliz es tener sensibilidad para expresar “te necesito”. Y ser feliz es tener capacidad para decir “te amo”. ¡Así, y sólo así, descubrirán que ser feliz es lo único que sí es para siempre! Pero para eso hace falta una Revolución para poder llegar a ese estado de felicidad perenne. Una Revolución no de lucha física, sino meramente intelectual. Sean felices mis amigos, que eso, sí puede ser para siempre.

18 de abril de 2011

¿QÚE PASARÍA SI TODA LA POBLACIÓN MUNDIAL SE REDUJÉSE A TAN SÓLO CIEN INDIVIDUOS?

Navegando en algunos blogs de la red me encontré con algunos datos curiosos y que por supuesto me digno de compartirlos; un estudio en verdad muy interesante. Si pudiésemos reducir toda la población del nuestro planeta a una pequeña aldea de cien habitantes, manteniendo las proporciones existentes a la actualidad, las cosas estarían de la siguiente manera:

Habrían aproximadamente 57 asiáticos, 21 europeos, 8 africanos y 4 americanos. Entre ellos 52 serían mujeres y 48 hombres. 70 de ésta población no serían blancos mientras que 30 sí lo serían. 70 no serían cristianos, los otros 30 sí. 89 individuos serían heterosexuales, 11 homosexuales.

6 personas poseerían 59% de toda la riqueza; de las 100 personas, 80 vivirían en condiciones sub-humanas. 70 no sabrían leer, 50 de ellas sufrirían de desnutrición. 1 persona estaría a punto de morir, 1 bebé estaría próximo a nacer Increíblemente sólo 1 tendría educación universitaria. En ésta aldea, habría apenas 1 persona que posee una computadora.

Al analizar nuestro mundo desde esta perspectiva tan reducida, se hace mas presente la necesidad de aceptación, entendimiento, y de la educación misma.
Ahora mis amigos, pensemos si esta mañana nos levantamos con más salud que enfermedades. Si es así, entonces tenemos más suerte que millones de personas que no sobrevivirán esta semana. Si nunca hemos experimentado (por lo menos hasta hoy) los peligros de la guerra, la soledad de estar preso, la agonía de ser torturado, o la aflicción del hambre, entonces estamos mejor que 500 millones de personas.

Si (los que vamos) podemos ir a la iglesia sin miedo de ser humillados, presos, torturados o ya de plano muertos, entonces somos más afortunados que 3 billones de personas en el mundo. Si ahorita mismo, partiendo de la idea que están en su casa o la de alguien más, tienen comida en el refrigerador, ropa en el armario, un techo sobre su cabeza y un lugar donde dormir, somos más ricos que el 75% de la población mundial. Si suelen guardar dinero en el Banco, en la billetera y tienen algunas monedas guardadas en una alcancía, entonces ya están entre los 8% más ricos de este mundo. Si tienen la fortuna como la que posee su servidor de tener a sus padres aún con vida y unidos, somos una persona de un porcentaje tan mínimo.
Y finalmente, mis amigos, si han leído este blog, tienen mejor suerte que mas de 2 billones de personas en este mundo, que ni siquiera saben leer. ¿Impresionante, no? Tomemos conciencia de aquello que poseemos y valorémoslo; no nos quejemos por aquello que no tenemos y anhelamos, alegrémonos de lo que tenemos y otros anhelarían tener, pues hoy lo tenemos, mañana tal vez no. Tengan un gran inicio de semana.

2 de abril de 2011

EL VALOR QUE TIENE LA LIBERTAD

En algún momento de nuestra vida hemos discutido el tema de la libertad, ya sea que hayamos hecho un gran debate en una clase de nivel bachillerato, incluso antes. Bien pudimos haber leído posturas de algunas corrientes filosóficas para ahondar en estos pantanos, haber asistido a conferencias magistrales donde se hablase de la libertad. En el último de los casos pudimos haber escrito algo referente a la libertad o cuando menos haber escuchado dicha expresión. En lo personal he tenido la dicha de hacerlo en distintas modalidades y recientemente en clases del Dr. Carbonell así como en uno de sus libros (aunque no sea de gran agrado); quiero expresarles mi breve opinión dado que merece cierta importancia y además citarles también parte del contenido de un buen libro relacionado al respecto.

Debemos estar de acuerdo que la libertad es uno de los más sublimes valores o a lo que más podría aspirar un ser humano. La libertad no sólo hace referencia a las personas que están encerradas o que están en las coloquialmente llamadas cárceles o que son esclavas en el literal sentido de la palabra. Libertad se refiere a todas aquellas cosas que nosotros podemos llegar a expresar y les apuesto lo que quieran, que ni ustedes mis amigos, ni su servidor somos libres en muchos aspectos. ¿Por qué? Porque tenemos que responder por cosas, por compromisos más que por voluntad, considero yo. Y la libertad es la parte más grande que puede tener un hombre para poder expresar quién es, para poder llevar a cabo los sueños que tiene y para poder sentirse pleno en la vida. Libertad también tiene que ver con el desapego, aunque ustedes no lo crean; pues implica el poder terminar relaciones, poder terminar contratos o pactos con la vida misma, etc.

La libertad como les decía es algo que todos los seres humanos podemos llegar a aspirar, por eso me gustaría compartirles un par de ideas de un libro muy recomendable que se llama “El Esclavo” de Francisco J. Ángel. En un fragmento de este libro, dice así:

“Tú, ¿de qué eres esclavo? ¿De las heridas que recibiste cuando eras pequeño?, ¿de tus traumas de la infancia?, ¿de lo que alguien más decidió que fueras?, ¿de una relación que no te satisface?, ¿de un trabajo que no disfrutas?, ¿de la rutina de tu vida?

¡Ya libérate! ¡Tira ya ese costal que llevas en la espalda; en el guardas el resentimiento, el rencor y la culpa. Deja ya de culpar a otros y a tu pasado por lo que no marcha bien en tu vida. Cada día tienes la oportunidad de empezar otra vez. Cada mañana, al abrir los ojos, naces de nuevo, recibes otra oportunidad para cambiar lo que no te gusta y para mejorar tu vida. La responsabilidad es toda tuya. Tu felicidad no depende de tus padres, de tu pareja, de tus amigos, de tu pasado, del Gobierno, de los vecinos, No. Depende solo de ti.

¿Qué es lo que te tiene paralizado?, ¿el miedo al rechazo?, ¿al éxito?, ¿al fracaso?, ¿al que dirán?, ¿a la crítica?, ¿a cometer errores?, ¿a estar solo? ¡Rompe ya las cadenas que tu mismo te has impuesto! A lo único que le debes tener miedo es a no ser tú mismo, a dejar pasar tu vida sin hacer lo que quieres, a desaprovechar esta oportunidad de mostrarte a otros, de decir lo que piensas, de compartir lo que tienes. Tú eres parte de la vida y como todos, puedes caminar con la frente en alto. Los errores del pasado ya han sido olvidados y los errores del futuro serán perdonados. Date cuenta de que nadie lleva un registro de tus faltas, solo tú mismo. Ese juez que te reprocha, ese verdugo que te castiga, ese mal amigo que siempre te critica, ¡eres tú mismo! Ya déjate en paz, ya perdónate, sólo tú puedes lograr lo más profundo que se llama libertad.” En verdad se los recomiendo y les aseguró les cambiará la visión que tienen sobre dicho valor. Me cae.