La falta de reconocimiento en las personas, el menosprecio a nuestro trabajo o a lo que nos dedicamos, la ausencia inclusive de cariño y gestos de ternura pueden afectar el autoestima tanto de mujeres como de hombres, haciéndolos sentir poco valiosos.
Sin embargo, que nadie haya sido tan afortunado de darse cuenta la mina de oro que tú eres, no significa que brilles menos que los demás. Que nadie haya sido lo suficientemente inteligente para darse cuenta que mereces estar en la cima, no te detiene para lograrlo.
Es más, que nadie se haya presentado aún para compartir tu vida, no significa que ese día esté lejos. Si nadie ha notado los avances en tu vida, eso no te da permiso para detenerte. Por el contrario, tienes que seguir avanzando.
Que nadie se haya dado cuenta la hermosa persona que tú eres, no significa que no seas apreciado. Que nadie haya venido a alejar la soledad con su amor, no significa que debas conformarte con lo que sea o con quien sea. Porque si nadie te ha amado con esa clase de amor que has soñado, tampoco significa que tengas que conformarte con menos. No lo mereces.
Y que aún no hayas recogido las mejores cosas de la vida, no significa que la vida sea injusta contigo. Que Dios esté pensando en una persona para ti como compañero o compañera de vida, no significa que tú no seas ya ideal.
Solo porque tu situación no parece estar progresando por ahora, no significa que siempre será así. Recuerda que lo mejor está por venir. Por eso, sigue soñando, sigue corriendo, sigue esperando, sigue imaginando, sigue viviendo... Sigue brillando. Sigue siendo lo que ya eres.