Hay al menos tres cosas que los seres humanos venimos a trabajar en esta vida: una de ellas es el desapego a las cosas y a las personas, otra es el descubrimiento del amor y la otra es el vencimiento total del ego. Y el desapego es lo que más trabajo nos cuesta absolutamente a todos, sin excepción alguna. Los seres humanos nos apegamos a las cosas que vamos ganando, que vamos almacenando y también nos apegamos a las personas.
En el desapego existen varios procesos como es el proceso de sanarse. Ustedes pueden llegar a extrañar muchísimo a una persona; obviamente el desapego no quiere decir “me vale gorro” y ser tan egoísta como para decir que no pensamos en alguien, por supuesto que pensamos en esa persona. La gran diferencia estriba en cuando hay amor y cuando es una necesidad, cuando es una adicción –porque somos adictivos a las personas– estriba en la necesidad.
Alguien que ama no necesita a esa persona curiosamente. Cuando ustedes aman a una persona, aman a esa persona de una manera libre, de una manera en la que se extraña estar con esa persona pero, que uno se regocija al saber que esa persona está bien o al saber que esa persona es feliz conmigo o con otra persona pero, cuando necesitamos a alguien y nos aferramos a estar por alguien, lo más probable es que el amor se esté confundiendo con necesidad y obsesión, y eso no es amor. La necesidad es adicción porque aunque no lo crean, nos convertimos adictos a una persona por atracción física o sexual, nos convertimos en una persona por necesidad de protección y de muchas otras carencias que podemos tener desde niños, pero cuando llegamos todos esos huecos que tuvimos de niños, es cuando podemos llevar o entablar una relación sana sin necesidad y libres por completo.
La pregunta aquí es ¿qué tan dispuestos estamos a vencer a nuestro ego y darnos cuenta en realidad de todas las cosas que nos duele desprendernos? Porque el ego nos quiere confundir diciendo que amamos a alguien cuando en realidad lo necesitamos o somos adictos a esa persona. Aprendamos pues a desapegarnos de las cosas y aunque haya un inevitable dolor y sufrimiento recordemos que el dolor puede ser temporal, pero si nos rendimos durará toda la vida. Sean felices.
En el desapego existen varios procesos como es el proceso de sanarse. Ustedes pueden llegar a extrañar muchísimo a una persona; obviamente el desapego no quiere decir “me vale gorro” y ser tan egoísta como para decir que no pensamos en alguien, por supuesto que pensamos en esa persona. La gran diferencia estriba en cuando hay amor y cuando es una necesidad, cuando es una adicción –porque somos adictivos a las personas– estriba en la necesidad.
Alguien que ama no necesita a esa persona curiosamente. Cuando ustedes aman a una persona, aman a esa persona de una manera libre, de una manera en la que se extraña estar con esa persona pero, que uno se regocija al saber que esa persona está bien o al saber que esa persona es feliz conmigo o con otra persona pero, cuando necesitamos a alguien y nos aferramos a estar por alguien, lo más probable es que el amor se esté confundiendo con necesidad y obsesión, y eso no es amor. La necesidad es adicción porque aunque no lo crean, nos convertimos adictos a una persona por atracción física o sexual, nos convertimos en una persona por necesidad de protección y de muchas otras carencias que podemos tener desde niños, pero cuando llegamos todos esos huecos que tuvimos de niños, es cuando podemos llevar o entablar una relación sana sin necesidad y libres por completo.
La pregunta aquí es ¿qué tan dispuestos estamos a vencer a nuestro ego y darnos cuenta en realidad de todas las cosas que nos duele desprendernos? Porque el ego nos quiere confundir diciendo que amamos a alguien cuando en realidad lo necesitamos o somos adictos a esa persona. Aprendamos pues a desapegarnos de las cosas y aunque haya un inevitable dolor y sufrimiento recordemos que el dolor puede ser temporal, pero si nos rendimos durará toda la vida. Sean felices.