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«No existe sabio que lo sepa todo, ni ignorante que no sepa nada».


20 de julio de 2019

Las trampas del Ego

La Universidad de Bradford en Reino Unido ha realizado diversos estudios en los que han llegado a la conclusión de que el 62% de las personas que creen tener siempre la razón, se ven afectados por el estrés y la ira, lo que afecta a su sistema inmunológico. Y además, las personas que no saben controlar su ego y defienden su opinión sin escuchar a otras personas, suelen ser fuente de conflictos con amigos, familiares, pareja o compañeros de trabajo. 

Si tú crees que es más “espiritual”, “sano” y “correcto” andar en bicicleta o utilizar el transporte público para moverse, eso está bien, pero si juzgas a alguien que conduce su auto, entonces estás en una trampa del ego.

Si crees que lo mejor es no ver la Televisión porque crea problemas en tu mente, eso está bien, pero si juzgas a quienes todavía la ven, entonces también estás en una trampa del ego.

Si crees que es más “espiritual” y “saludable” evitar chismes o patrañas, a los medios de comunicación y las “malas noticias” en general, pero juzgas a aquellos que leen o ven estas cosas, entonces estás en una trampa del ego.

Si ahora, también crees que es más “sano” practicar Yoga, convertirse en vegetariano, comprar solo alimentos orgánicos, comprar cristales, hacer meditación, usar ropa “hippie”, visitar templos sagrados o museos y leer libros sobre iluminación espiritual, pero enjuicias a quien no hace esto, entonces tu estás atrapado en una trampa del ego.

Estar siempre consciente para sentirte superior. La idea de que tú eres superior es la indicación más grande que te encuentras en una trampa de tus egos. El ego quiere venir a través de la puerta de atrás. No siempre por delante.

Tendrás una idea noble, cómo empezar a practicar Yoga y luego cambia, para servir al objetivo de sentirte superior a los demás. Empezarás a menospreciar a aquellos que no están siguiendo tu “camino espiritual”. Superioridad, juicio y sentencia. Estas son las trampas del ego.

¿Ustedes qué piensan? Hacer prejuicios y críticas destructivas, nunca he considerado que sean la clave del éxito, sino más bien, del propio fracaso.



8 de julio de 2019

El Maestro aparece cuando el discípulo está preparado

Siempre he considerado que existe una gran diferencia entre ser un "Maestro" y ser un "Profesor". Mientras el profesor comparte sus conocimientos con los alumnos, el Maestro forma discípulos. Y cuando el discípulo está preparado, aparece el Maestro. ¿A qué me refiero? Cuando estás preparado para avanzar en la vida o para lograr un cambio, subir un escalón, es entonces cuando aparece el "Maestro". Y puede ser una circunstancia o una situación, un accidente, una pérdida o cualquier otra cosa.

Para escribir esto, me he basado en algunas obras de San Francisco de Asís (San Francesco d’Assisi), Lao-Tse (
老子) y Wayne Dyer. Por lo tanto, esto que quiero compartir se funda en la filosofía oriental y la occidental.

Sé siempre un discípulo, permanece dispuesto a aprender de todos y cada uno. Como alumno, sabes que todos y todo pueden de algún modo ser tus maestros. Pero como un discípulo, significa que puedes tener espacio para un nuevo conocimiento, ansías lo que todos y todo pueden ofrecerte. Cuando sepas de corazón que cada persona que encuentras en la vida tiene algo que enseñarte, podrás aprovechar al máximo lo que esta vida te ofrece.

Sí, puede ser una persona que no toleras, que no soportas, que ni si quiera puedes ver. Ése puede llegar a ser tu más grande Maestro o Maestra. 
El “giro equivocado” que te lleva a un lugar nuevo e inesperado es una oportunidad para crecer. Ese supuesto accidente, cuando te perdiste, cuando no sabías cuál era la calle correcta, cuando tuviste que regresar por algo. Cuando perdiste un tren, un vuelo, un autobús o un taxi, eso, te está ayudando a crecer. Preparado significa dispuesto. Disposición genuina y auténtica. Cuando estés así de dispuesto, descubrirás a tu propio Maestro personal.

El Maestro está en todas partes. La ayuda que necesitas será facilitada por el Universo en cuanto conviertas tu preparación en disposición. En cuanto estés dispuesto, encontrarás maestros en cada rincón de tu vida, en cada segundo, en cada mirar, en un elevador, en las escaleras, en cada restaurante y en cada lugar.

El Maestro puede muy bien ser un alma experimentada dispuesta a ayudarte y guiarte hacia los milagros que buscas. Esa alma sabia ha estado siempre a tu disposición. Es tu disposición la que hace que el Maestro pueda ayudarte. Los Maestros aparecen bajo diversas formas. El tuyo puede ser una grabación que alguien ha dejado “por accidente” en tu auto, puede ser un objeto olvidado en el transporte público o que alguien deja a la puerta de tu casa, alguien con quien te cruces.

Tu Maestro puede también ser un libro o un artículo que te haya recomendado un amigo o puede ser tu asistencia a una Conferencia. Incluso, puede ser un anuncio espectacular banal que ves en la calle. El Maestro puede ser un niño que te toma de la mano y te hace una pregunta en la que tú no habías pensado hasta ese momento, y la respuesta que le das al niño es la respuesta que te das a ti mismo.

Tu Maestro puede ser invisible y aparecer en forma de un pensamiento que viene a tu mente en un momento tranquilo de contemplación, o cuando estás tomando un baño o igual puedes estar recostado en tu cama sin hacer nada y te anima a seguir una dirección determinada. Cuando tú, el discípulo o el alumno, estés preparado y dispuesto, el Maestro aparecerá. Sólo tienes que echar un vistazo alrededor, mirar con ojos nuevos y preguntarte en silencio: “¿Quién es mi Maestro?”

Los Maestros no son necesariamente personas, pueden ser cosas. En esos supuestos accidentes cotidianos que a todos nos ocurren. Tomar rutas alternas a nuestros destinos, dar la vuelta en la calle que no era la correcta, por haber subido a un piso del edificio que no era, por tomar el elevador incorrecto en los Juzgados. En fin, todos estos supuestos accidentes traen consigo a profundos Maestros o enormes enseñanzas, como lo quieras ver.

El Maestro hace su aparición en todo y en todos cuantos lugares te encuentras. No existen en realidad los accidentes. El Universo tiene un propósito. Si el Maestro estaba allí y tú lo has pasado por alto, ello formaba parte de la perfección en ese momento en concreto.

El Maestro estaba allí antes que tú, pero no estaba allí para ti. Aquello era entonces y esto es ahora. Hoy, cuando estás dando un propósito a tu vida y adquiriendo la capacidad de hacer aparecer milagros en tu vida, y cuando entonces estés dispuesto, reconocerás al Maestro. Reconocerás los milagros y llegarán a ti a caudales.