Alguna vez, Jorge Luis Borges, uno de mis autores favoritos, escribió algo extraordinario que quiero compartirles. A ver qué les parece. Y él escribió: «Fragmentos de un evangelio apócrifo».
- Desdichado el pobre en espíritu, porque bajo la tierra será lo que ahora es en la tierra.
- Desdichado el que llora, porque ya tiene el hábito miserable del llanto.
- Dichosos los que saben que el sufrimiento no es una corona de gloria.
- No basta ser el último para ser alguna vez el primero.
- Feliz el que no insiste en tener razón, porque nadie la tiene o todos la tienen.
- Feliz el que perdona a los otros y el que se perdona a sí mismo.
- Bienaventurados los mansos, porque no condescienden a la discordia.
- Bienaventurados los que no tienen hambre de justicia, porque saben que nuestra suerte, adversa o piadosa, es obra del azar, que es inescrutable.
- Bienaventurados los misericordiosos, porque su dicha está en el ejercicio de la misericordia y no en la esperanza de un premio.
- Bienaventurados los de limpio corazón, porque ven a Dios.
- Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque les importa más la justicia que su destino humano.
- Nadie es la sal de la tierra, nadie, en algún momento de su vida, no lo es.
- Que la luz de una lámpara se encienda, aunque ningún hombre la vea. Dios la verá.
- No hay mandamiento que no pueda ser infringido, y también los que digo y los que los profetas dijeron.
- El que matare por la causa de la justicia, o por la causa que él cree justa, no tiene culpa.
- Los actos de los hombres no merecen ni el fuego ni los cielos.
- No odies a tu enemigo, porque si lo haces, eres de algún modo su esclavo. Tu odio nunca será mejor que tu paz.
- Si te ofendiere tu mano derecha, perdónala; eres tu cuerpo y eres tu alma y es arduo, o imposible, fijar la frontera que los divide…
- No exageres el culto de la verdad; no hay hombre que al cabo de un día, no haya mentido con razón muchas veces.
- No jures, porque todo juramento es un énfasis.
- Resiste al mal, pero sin asombro y sin ira. A quien te hiriere en la mejilla derecha, puedes volverle la otra, siempre que no te mueva el temor.
- Yo no hablo de venganza ni de perdones; el olvido es la única venganza y el único perdón.
- Hacer el bien a tu enemigo puede ser obra de justicia y no es arduo; amarlo, tarea de ángeles y no de hombres.
- Hacer el bien a tu enemigo es el mejor modo de complacer tu vanidad.
- No acumules oro en la tierra, porque el oro es padre del ocio, y éste, de la tristeza y el tedio.
- Piensa que los otros son justos y lo serán, y si no es así, no es tuyo el error.
- Dios es más generoso que los hombres y los medirá con otra medida.
- Da lo santo a los perros, echa tus perlas a los puercos; lo que importa es dar.
- Busca por el agrado de buscar, no por el de encontrar…
- La puerta es la que elige, no el hombre.
- No juzgues al árbol por sus frutos ni al hombre por sus obras; pueden ser peores o mejores.
- Nada se edifica sobre la piedra, todo sobre la arena, pero nuestro deber es edificar como si fuera piedra la arena…
- Feliz el pobre sin amargura o el rico sin soberbia.
- Felices los valientes, los que aceptan con ánimo parejo la derrota o las palmas.
- Felices los que guardan en la memoria palabras de Virgilio o de Cristo, porque éstas darán a luz a sus días.
- Felices los amados y los amantes y los que pueden prescindir del amor.
- Felices los felices.