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«No existe sabio que lo sepa todo, ni ignorante que no sepa nada».


1 de agosto de 2019

Instrucciones para una mejor vida

«No entiendo por qué estoy “bajoneado” si lo tengo todo para ser feliz». Esto me lo comentaba uno de mis clientes el otro día. «Debería ver las cosas de forma positiva pero no me sale». Decía otra, bajando la vista al suelo como si acabase de realizar una confesión de lo más vergonzante.

El inicio de un nuevo mes es el pretexto perfecto para compartir con ustedes algunas directrices, extraídas de un libro que acabo de leer que se llama “Cuentos con Alma” de la autora Rosario Gómez. A ver qué les parece.

I. Come sano; la alimentación es básica para una buena salud.
II. Dale a la gente más de lo que espera y hazlo con gusto.
III. Memoriza tu poema favorito.
IV. Manéjate desde la confianza, elimina la necesidad, descansa justo lo que tu cuerpo te pide.
V. Cuando digas te amo, manifiéstalo desde la verdad de tus sentimientos.
VI. Cuando digas lo siento, mira a la persona a los ojos.
VII. Mantén un noviazgo el tiempo que te permita conocerte, antes de casarte.
VIII. Cree en el amor a primera vista.
IX. Jamás te burles de los sueños de los demás.
X. Ama profunda y apasionadamente.
XI. Frente a los desacuerdos, analízate... Recuerda que para que haya guerra, se necesitan dos.
XII. Deja de juzgar, criticar destructivamente y de apuntar con el dedo.
XIII. Habla lentamente y piensa lo que dices... Recuerda que el pensamiento es energía.
XIV. Cuando alguien te haga una pregunta que no quieres responder, sonríe y siéntete a salvo.
XV. Recuerda que el más grande amor y los mayores logros involucran mayores riesgos.
XVI. Llama a tu madre y a tu abuela, por favor.
XVII. Di salud cuando escuches a alguien estornudar y ten la certeza de que por ahí está un ángel.
XVIII. Cuando sientes que pierdes, contacta con la lección que ese instante te regala.
XIX. Recuerda: respeto a ti mismo, respeto a los demás, responsabilidad para todas tus acciones.
XX. Una disputa jamás puede dañar una gran amistad.
XXI. Cuando te des cuenta de que has cometido un error, toma medidas inmediatas para corregirlo.
XXII. Sonríe cuando respondas al teléfono. Quien llama lo podrá escuchar en tu voz.
XXIII. Cásate con una persona que guste de conversar. Cuando se hagan viejos, sus habilidades de conversación serán más importantes que cualquier otra.
XXIV. Pasa algún tiempo en soledad, pero no mucho tiempo.
XXV. Abre tus brazos al cambio, sin desprenderte de tus valores ni de tus principios.
XXVI. Recuerda que el silencio es, a veces, la mejor respuesta.
XXVII. Lee más libros y ve menos televisión. Visita más museos, ve al teatro.
XXVIII. Vive una vida buena, honorable e intensa. Luego, cuando te hagas mayor y recuerdes el pasado, verás cómo la disfrutarás por segunda vez.
XXIX. Confía en Dios. Cree. Llénate de las mejores energías y pensamientos.
XXX. Una atmósfera armoniosa y amorosa en tu hogar es importante. Tú puedes crearla.
XXXI. Ante desacuerdos con tus seres queridos, céntrate en la situación presente. No traigas de vuelta el pasado.
XXXII. Lee entre líneas.
XXXIII. Comparte tu conocimiento. Venimos a sembrar, no a cosechar nada más.
XXXIV. Sé gentil y consciente con el planeta, cuídalo. Es nuestro hogar.
XXXV. Aborda el amor y la cocina con un cierto temerario abandono.
XXXVI. Jamás interrumpas cuando estás siendo halagado o insultado.
XXXVII. Ocúpate de tus propios asuntos, antes de los de otros.
XXXVIII. Cierra los ojos cuando beses, es una forma de conectar alma con alma.
XXXIX. Una vez al año, por lo menos, visita algún lugar donde nunca hayas estado.
XL. Si ganas mucho dinero, ayuda a otros mientras estés con vida. Es la mayor satisfacción que la fortuna puede dar.
XLI. Recuerda que el no conseguir lo que quieres, cuando eres congruente, tiene que ver con los planes de la perfección divina.
XLII. Aprende todas las reglas y rompe alguna sin causar daño a nadie.
XLIII. Ten presente que la mejor de las relaciones es aquella donde el amor entre dos personas es más grande que la necesidad del uno por el otro.
XLIV. Sopesa tu éxito en la medida de lo que tuviste que renunciar para obtenerlo.
XLV. Reza. Hay un poder inconmensurable en la oración. Dios siempre te escuchará.