Bienvenidos


«No existe sabio que lo sepa todo, ni ignorante que no sepa nada».


16 de junio de 2019

Carta a Dios


¡Hola, querido Dios!

Te escribo para saludarte y porque ahora sí tengo que surtir mi casillero, pues el "kit básico" con el que me mandaste al mundo ya se me ha ido agotando a lo largo de estos años.

Por ejemplo, la paciencia se me acabó por completo, igual que la prudencia y la tolerancia.
Ya me quedan muy pocas esperanzas y el frasco de fe, está también vacío. La imaginación también está escaseando por estos rumbos.

Mira, Señor. También debes saber que hay cosas del "kit" que ya no necesito, como la dependencia y esa facilidad para hacer berrinches, que tantos corajes y problemas me han ocasionado. Así que quisiera pedirte, de ser posible, unos nuevos productos.

Para empezar, amado Dios, me gustaría que rellenaras los frascos de paciencia y tolerancia, pero hasta donde ya no quepa más. Y mándame por favor el curso intensivo «Cómo ser más prudente» , volúmenes 1, 2 y 3. ¡Ah! No olvides el tomo especial sobre la Lealtad.

Envíame, Señor, también varias bolsas grandes, pero enormes, de madurez que tanta falta me hace. También quisiera un costal de sonrisas, de esas que alegran el día a cualquiera. Te pido que me mandes dos piedras grandes y pesadas para atarlas a mis pies y tenerlos siempre sobre la tierra.

Si tienes por ahí, guardada una brújula para orientarme y tomar el camino correcto, te lo agradecería infinitamente. Regálame imaginación otra vez; pero no demasiada, porque debo confesarte que en ocasiones tomé grandes cantidades y me pasé del límite.

Por favor, Dios mío, nuevas ilusiones y una triple ración de fe y esperanza también me caerían excelente para seguir adelante. Te pido una paleta de colores para pintar mi vida cuando la vea gris y oscura. Me sería muy útil un bote de basura para tirar todo lo que me hace daño.

Por favor, mándame un frasco de "merthiolate" y una cajita de curitas para sanar mi corazón, unas pequeñas raspaduras, porque ha tropezado bastante y tiene muchos raspones.
Te pido una memoria USB, quizás con una considerable capacidad de almacenamiento, porque tengo el cerebro lleno de información y necesito espacio para guardar más.

Te pido, abusando de tu bondad, muchas zanahorias para tener buena vista y no dejar pasar las oportunidades por no verlas. Necesito un reloj grande, muy grande, para que cada vez que lo vea me acuerde de que el tiempo no se detiene, corre, y no debo desperdiciarlo. ¿Podrías mandarme muchísima fuerza y seguridad en mí mismo? Sé que voy a necesitarlos para soportar los tiempos difíciles y levantarme cuando caiga.

Y Dios, si tienes dentro de tus tesoros, algún frasco de pastillas que hacen crecer la fuerza de voluntad y el empeño, mándame uno para que me vaya bien en la vida. Y te pido unas tres o cuatro toneladas de "ganas de vivir", ya sabes, para cumplir mis sueños.

Uy, ya recordé. Necesito una pluma especial con mucha tinta, para escribir todos mis logros y sobre todo mis fracasos, en el sentido de no olvidarlos y poder compartirlos. Pero más que nada, te ruego que me des mucha vida, para lograr todo lo que tengo en mente. Y el día que me vaya contigo, tenga algo bueno que llevarte y veas, Señor, que no desperdicié mi tiempo en la Tierra.

Del Amor no te hablo, porque si me concedes todos estos ingredientes para surtir mi casillero, tendré lo necesario para verlo en cada uno de mis actos. Con mi familia, mis amigos y hasta con los que no soy de su agrado. Tú nos enseñaste a perdonar y a poner la otra mejilla siempre. Lo seguiré haciendo, te lo prometo.

Señor, si alguien llega a leer esta Carta para ti, te pido que esas personas no olviden venir de vez en vez a renovar sus fuerzas contigo, a recordar lo importante que es estar en contacto, eso para mí sería valiosísimo. Gracias por lo que me puedas dar y te agradezco el doble todo lo que me mandaste la primera vez.

Amén.