No te estoy poniendo un anzuelo,
para que piques y caigas en él.
Solo te pongo mi corazón,
para que tú lo puedas coger.
Y sólo te pongo de cebo
todo el amor que siento.
Soy marino, marinero; yo así lo quiero;
tú eres mi mar, mi nave y mi puerto.
Quiero ser el capitán de tus pensamientos,
y también, el patrón de tus deseos.
Me gustan los vientos suaves y las aguas gélidas,
con torbellinos, abordajes y hasta con truenos.
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